«La delgada línea azul» y otras series del mes
Claudio Sánchez
La vida de los policías debe ser bastante más aburrida que lo que nos muestran el cine y la televisión, pero al menos en series como La delgada línea azul, lo que se cuenta resulta creíble. El contexto es fundamental. Malmo no es la capital sueca, pero sí que es una gran ciudad nórdica, con sus ventajas e inconvenientes. La policía no suele tocar lo mejor de la sociedad, sino más bien lo disfuncional, algo que genera innumerables conflictos dramáticos.
En los personajes hay una naturalidad muy bien interpretada, con espacio para la vulnerabilidad y los errores de cálculo lógicos en un trabajo tan exigente que requiere decisiones urgentes en problemas muy delicados. La delgada línea azul mantiene la cámara en la mejor posición para que el espectador se mueva con libertad y pueda juzgar cada una de las situaciones.
El equilibrio entre el ritmo de la trama y el desarrollo de personajes es muy meritorio. El guion mide muy bien el metraje de cada episodio de las dos primeras temporadas, y la sensación es que la serie todavía tiene posibilidades de seguir creciendo.
Un cuento perfecto
Se busca millonario
Una pequeña luz: Protegiendo a Anna Frank
La mujer que escondió a Anna Frank y su familia es la heroína de esta serie. Interpretada de manera magistral por Bel Powley, este personaje tiene el carisma y ternura de esos anónimos que cambian el curso de la historia. Este enfoque es el que hace que esta trama, aún con altibajos, facilite al espectador una experiencia diferente sobre una historia muy conocida.Los guionista de la serie tienen en su trayectoria serie como Anatomía de Grey o Madame Secretary, y eso se nota para bien y para mal. Saben construir algunas escenas dramáticamente muy completas, mientras que en otros momentos se echa de menos una reescritura de guion que haga más sugerente la historia.La serie tiene además a Joe Cole (Peaky Blinders) y Liev Schriber (Ray Donovan) en el reparto, además de actrices primerizas como Billie Boullet, que compone una sensacional Anna Frank. Serie de personajes y ritmo pausado que va ganando con el paso de los capítulos, con un diseño de producción y vestuario muy esmerado, y una música algo anodina de Ariel Marx.
Secuestro en el aire
Idris Elba siempre será Luther, ese detective acostumbrado a mirar a los ojos a las criaturas más perversa del mundo. Desde que terminó las dos primeras temporadas de esa serie hace una década, su carrera había decaído hasta convertirse en un actor plano adicto a personajes sin alma y tramas sin ingenio. Secuestro en el aire es una creación de George Kay y Jim Field Smith (Criminal, Lupin) que logra uno de los mejores entretenimientos del verano. La trama no es precisamente ingeniosa, pero la atmósfera de tensión medida que generan los personajes hacen que la serie sea elaborada y eficaz. El diseño de producción es notable para que el espectador se meta dentro del avión y no salga en siete capítulos. El drama de personajes es universal, algo que explica el éxito de esta serie de Apple TV en un público de diferentes edades que llevaba tiempo sin una serie de estas características.
El juego del calamar