Algunas claves del desplome de Netflix
Fausto Cacharela
La plataforma Netflix perdió 200.000 suscriptores durante el primer trimestre de este año y ha visto también cómo sus beneficios tienden a la baja. Si durante los tres primeros meses de 2021 los beneficios netos de la compañía fueron de 1.706 millones de dólares, ahora no superan los 1.600. Lo más llamativo es el contraste con sus objetivos, pues la compañía tenía previsto ganar en los primeros meses del año 2,5 millones de clientes. Netflix cuenta con 221,64 millones de abonados a su servicio de “streaming” en todo el mundo.
En un intento de justificar estas malas cifras, Netflix señala que la posibilidad que ofrece a sus usuarios de compartir una cuenta entre varios hogares está mermando sensiblemente su crecimiento. De los casi 222 millones de cuentas de pago activas en Netflix, más de 100 millones se comparten entre más de una persona o familia.
Además, la compañía justifica sus malos resultados en otros factores: la inflación, la inestabilidad política por la guerra de Ucrania o la paralización de rodajes por el impacto del coronavirus.
No faltan voces que apuntan también a los propios contenidos de la plataforma. Es el caso del multimillonario Elon Musk, que acaba de hacerse con el control de Twitter. En su opinión, los malos resultados de Netflix están relacionados con la corrección política de muchos de sus contenidos: “el virus de la mentalidad woke está haciendo que Netflix no se pueda ver”. Y es que no son pocos los que denuncian guiones polémicos, pues en su afán por representar la diversidad social caen muchas veces en una obsesión por lo políticamente correcto.
Motivos para darse de baja
El principal motivo para darse de baja en una plataforma de televisión es el poco uso que se hace de la misma. Así lo apunta un 22,82% de los encuestados, según recoge el informe de VOD Analytics, la herramienta de medición de audiencias de las plataformas de televisión creada por SigmaDos30’. Otro de los motivos para cancelar la suscripción, con un 18,65%, es el final de nuestra serie o contenido favorito de un catálogo. Otras razones para darse de baja son el elevado precio de la suscripción (17,90 %) y la pobreza del catálogo (17,09 %).
El crítico de cine José María Aresté, autor del libro es autor del libro “La guerra del streaming. El ascenso de Netflix”, sostiene en un artículo en Aceprensa que el destino de Netflix puede ser una fusión con alguna de las compañías de Hollywood que todavía no tienen una gran plataforma de “streaming”.
“A pesar de los titulares alarmistas –señala Aresté-, la crisis de Netflix se veía venir. Aunque hasta ahora la compañía crecía en número de suscriptores, alcanzando un récord en torno a los 222 millones, ya se vislumbraban algunas señales de agotamiento y de tocar techo. De hecho, en Estados Unidos la cifra está estancada o incluso en leve retroceso hace tiempo, y eran los nuevos mercados como el asiático los que lograban maquillar ligeramente la situación”. Netflix se ha visto en la necesidad de invertir en producción propia para fidelizar a sus clientes, con el riesgo de crear “una burbuja de gastos que podría estallar en cualquier momento”.
Por eso José María Aresté cree que en un futuro próximo se pueden dar movimientos en el mundo de las plataformas de contenidos, pues “no parece haber pastel para todas” y quizá al final acaben conformándose “paquetes troceados y reintegrados, donde el usuario escoja lo que desea ver de verdad, ahora disperso entre las diversas opciones”.
El juego del calamar