La Ley Audiovisual olvida a los menores

Tres años después de su aprobación, siguen sin aplicarse las medidas previstas para proteger a niños y adolescentes de imágenes de pornografía o violencia extrema
J.A. Otero Ricart*
Decía Chesterton que hay más de un modo de cometer infanticidios, “y uno de ellos es asesinar a la infancia sin asesinar al niño”. Hoy en día, una forma aterradora de asesinar a la infancia consiste en envenenar la inocencia de los menores con imágenes de pornografía o de violencia extrema, imágenes que les llegan sin ningún tipo de control a través de plataformas audiovisuales y redes sociales.
La Ley General de Comunicación Audiovisual, que se aprobó hace tres años en el Congreso, recoge la preocupación social por la protección del menor ante imágenes que pueden afectar a su desarrollo psico-afectivo. Y para ello contempla la puesta en marcha de un sistema de regulación voluntaria de los contenidos (autorregulación y corregulación) en el que participen todos los agentes involucrados. Pues bien, tres años después, dicho sistema no se ha establecido todavía y siguen sin abordarse las medidas necesarias para proteger a las personas más vulnerables. Las consecuencias de este retraso son particularmente graves en el caso de los menores, expuestos a contenidos inadecuados y nocivos, y muy especialmente en el caso de su difusión a través de plataformas de intercambio de vídeos y redes sociales.
Conviene recordar que la nueva ley tiene por objetivo regular la actividad no sólo de las televisiones o de las plataformas de streaming, sino también de las plataformas de Internet, de las redes sociales y de los creadores que difunden sus contenidos audiovisuales a través de esas plataformas y redes, los llamados influencers.
Hace unos días, organizaciones sociales y en defensa de la infancia y la juventud han dado la voz de alarma ante esta situación y piden la plena aplicación de la Ley Audiovisual para garantizar la protección de los menores. La Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), iCmedia y la Plataforma de Infancia, en representación de más de 80 organizaciones, han dirigido una carta al ministro de Transición Digital y Función Pública, Óscar López, en la que recuerdan que en estos momentos, y a pesar de la Ley, niños y adolescentes siguen accediendo a través de Internet a todo tipo de contenidos violentos y pornográficos, o inadecuados (por ejemplo, publicidad de juego o bebidas alcohólicas) sin ninguna cortapisa, y sin que ni siquiera se avise de que se trata de contenidos para personas adultas.
En su carta, las organizaciones solicitan lo siguiente:
–La creación y puesta en marcha, a la mayor brevedad, del sistema de autorregulación y del acuerdo de corregulación previstos en la Ley, que debe contar, también, con la participación de la sociedad civil para colaborar en su cumplimiento.
–La integración en ese modelo de todas las personas creadoras de contenidos audiovisuales, así como de las plataformas de intercambio de vídeos y redes sociales a través de las cuales esos contenidos se difunden.
–La implantación efectiva de la obligación para todas las personas creadoras de contenidos de calificar dichos contenidos para su difusión, advirtiendo, en su caso, del carácter nocivo para las niñas, niños y adolescentes o de su naturaleza comercial.
–La implantación efectiva de la obligación de las plataformas de vídeos y las redes sociales que difunden sus contenidos en España de las herramientas que faciliten a las personas creadoras de contenido cumplir con sus obligaciones de información, exigiendo la calificación de contenidos como condición previa a su difusión y estableciendo sistemas operativos que permitan integrar la calificación con los sistemas de verificación de edad y las herramientas de control parental.
Se trata, como se puede apreciar, de unas reclamaciones más que justificadas ante la necesidad urgente de proteger a la infancia en el entorno digital. Si los poderes públicos se desentienden de esta realidad estarían permitiendo –como decía Chesterton– que se asesine a la infancia, algo que tendrá consecuencias lamentables para los niños, pero también para toda la sociedad.
*Presidente de iCmedia Galicia