Espectadores vergonzantes
Manolo Rodríguez “Rodri”
Acabó de merendar. “¿Damos un paseo?”. Sobreponiéndose a su afasia musitó “habitación”. Quería ver la televisión. Más tarde había fútbol y es muy futbolero. Faltaba casi una hora para el partido así que en TVE 1 estaban con una serie. Salto a La 2; por allí andaba una historia de supervivencia de los castores. Como es biólogo quedó enganchado. Durante casi una hora estuvo atento a cada detalle, aunque en su cabeza ha entrado de inquilino [como escribió Nacho Mirás sobre su tumor, al que bautizó como Casiano] un principio de demencia. Es idéntico al que ha obligado al actor Bruce Willis a retirarse.
Viendo a los castores, de vez en cuando costaba aguantar la risa recordando aquel fantástico anuncio navideño: un niño le dice a su madre que al día siguiente tiene que ir al colegio disfrazado de castor. La madre pasa parte de la noche haciendo el disfraz. Al día siguiente, mientras los dos van en el coche para el cole, el pequeño, ya vestido con su disfraz, empieza a canturrear: “Vamos a Belén. Vamos castores, vamos…”. La madre frena en seco al descubrir que no era precisamente de castor el disfraz que debía llevar su niño.
Hasta el final del documental apenas comentó nada. Viendo las andanzas de los castores recordé a una pareja de abuelos, un matrimonio que quizá a esa hora también estuviera viendo el mismo programa. Lo contaba su hija hace poco: cada tarde se sientan a ver los Grandes Documentales de La 2. Él los va comentando y ella disfruta con las explicaciones. Prueba de ello es que un día él tenía una cita médica y la hija fue a acompañar a la madre. Le prometió que verían juntas el documental de ese día. Ella protestó: “Pero tú no sabrás comentarlo como tu padre…”. Sostenía el filósofo Julián Marías que estar enamorado es querer desayunar todos los días con la persona que quieres. En este caso, estar enamorados puede que sea querer ver juntos el documental de cada día.
Hubo un tiempo en el que frente a la telebasura lo habitual era decir que uno veía los documentales de La 2. Quizá eran espectadores vergonzantes, porque luego los índices de audiencia no recogían tal seguimiento supuestamente masivo. Ahora la pregunta es: ¿cuántas series ves? Pocos hablan de los documentales, pero ahí siguen: con sus fieles espectadores, a veces invernando en una margen de ese río de propuestas, casi escondidos, como si fueran castores. (Por cierto: también pueden verse en RTVE Play).
Foto: Grandes documentales: Guerreros del agua: Vuelven los castores / RTVE Play
El juego del calamar